Las terapias de conversión

 El tema de las terapias para que un homosexual se vuelva heterosexual es un tópico bastante álgido, objeto de intensas discusiones. Por un lado, tenemos al colectivo LGBT que dice que tan solo pensar en volverse heterosexual debe ser impensable, no debe hablarse de ello, pues se implanta la idea de que la atracción al mismo sexo es una enfermedad, lo cual es ofensivo y violento. Por otro lado, están las personas que sostienen que un homosexual jamás podrá entrar al Reino de Dios si no se vuelve heterosexual y se casa con una mujer, y que si no logra volverse heterosexual es porque tiene algún demonio, que no tiene fe, o en el caso de los calvinistas, que Dios lo creó predestinado para mandarlo al infierno.

Ante estas posiciones, es necesario, en primer lugar, definir conceptos, para evitar malos entendidos y que la discusión se vuelva estéril.

Homosexual: persona con atracción romántica o erótica predominante o exclusiva por personas de su mismo sexo (AMS). Debe dejarse claro esto, pues para algunos, homosexual se entiende como aquella persona que ha cometido y desea seguir cometiendo actos sexuales con personas de su mismo sexo. Este segundo concepto era como se entendía hace siglos, pero en el lenguaje actual ya no es así. La mayoría de la población entiende que homosexual es alguien con AMS, aunque nunca haya cometido ni desee cometer actos sexuales con personas de su mismo sexo. Cada vez que en este texto use la palabra "homosexual" entiéndase que se trata de una persona con AMS.

Homosexualidad: Atracción al mismo sexo (AMS)

Actos homosexuales: Todo aquel acto que busque inducir el placer sexual involucrando personas del mismo sexo, ya sea de manera material o ficticia. Esto incluye actos penetrativos, frotamientos genitales, tocamientos, frotamientos corporales, masturbación de una persona a otra, felaciones, masturbación a solas y fantasías sexuales.

Heterosexual: persona con atracción romántica y erótica predominante o exclusiva hacia personas del sexo opuesto.

Bisexual: persona con atracción al mismo sexo y atracción al sexo opuesto en magnitudes similares, un 50%-50%. Este tipo de personas son algo menos comunes de lo que se cree.

Terapia de conversión: sesiones de terapia psicológica cuyo objetivo directo es despertar aversión a los sentimientos eróticos por el mismo sexo.

Terapia reparativa/reintegrativa: terapia psicológica cuyo objetivo es llevar el paciente a descubrir situaciones de su infancia o adolescencia que le han dejado algún trauma, sentimientos de inferioridad  en relación con sus semejantes del mismo sexo, baja autoestima o dificultades para socializar. El objetivo primario de estas terapias es sanar traumas. Si la AMS está relacionada con esas situaciones, algunas personas pueden disminuir su AMS, pero el objetivo primario de la terapia no es volver a la persona heterosexual.

Terapia afirmativa: terapia cuyo objetivo es hacer que la persona acepte que tiene atracción al mismo sexo e inducirla a explorar su sexualidad para librarla del sentimiento de culpa.

Una vez definidos los conceptos, podemos pasar al tema central. A menudo, los grupos LGBT llaman a prohibir toda terapia que no sea la terapia afirmativa. Para ello, citan casos de personas con AMS que fueron sometidas a cosas como choques eléctricos mientras veían porno gay, hielo en los genitales para disipar erecciones por sentimientos homoeróticos, aislamiento y ayuno, o mal llamados "exorcismos" (especialmente comunes en grupos protestantes pentecostales). Este tipo de "terapias" de conversión definitivamente ni son efectivas ni éticas, y nada tienen que ver con la terapia reparativa/reintegrativa, y merecen el rechazo por parte de nosotros los cristianos.

Uno de los requisitos esenciales de la terapia reparativa/reintegrativa es que el paciente acuda por su propia voluntad y sin que nada ni nadie lo presione, pues de lo contrario el paciente no es elegible y la terapia no tendrá efectos. Por tanto, el argumento LGBT de que estas terapias se toman por obligación es totalmente falso.

Leyendo libros sobre la terapia reparativa/reintegrativa he podido aprender algunos puntos muy importantes:

- El paciente no siempre se volverá heterosexual. Para considerar exitoso un caso tendrían que haber sentimientos fuertes de atracción al sexo opuesto por al menos 5 años después de concluir la terapia. Un autor en particular dice que estos casos representan menos del 30% de los pacientes. Ciertamente, muchos que toman esta terapia y ven resultados se sienten entusiasmados y muy anticipadamente quieren decir que han dejado de ser homosexuales, pero el mismo autor desaconseja dar ese anuncio anticipadamente, pues en muchos casos los sentimientos de heterosexualidad no llegan al plazo mínimo para considerarse exitosos.

- Entre los pacientes del 30% que desarrollan sentimientos de atracción por el sexo opuesto, la AMS podría no desaparecer sino que más bien han aprendido a manejarla. Un libro de testimonios por parte de pacientes llamó mi atención, pues los mismos pacientes han dicho que tal vez nunca dejen de sentir AMS, pero que están muy alegres de saber manejarlos sin ceder a ellos.

- La gran mayoría de los pacientes que entienden los alcances y limitación de la terapia, y toman ese tipo de terapia, experimentan mejoría y dicen llevar una vida mucho mejor que antes. Aunque no se vuelvan heterosexuales, para ellos, el simple hecho de dejar los encuentros sexuales, la pornografía y la masturbación les da una gran felicidad, y les permite tener una conciencia tranquila y llevar una vida cristiana en paz. Además, sus capacidades sociales mejoran.

Ahora bien, ¿es obligatorio para un cristiano con AMS volverse heterosexual? La respuesta es un rotundo "no". Un análisis de las cartas de San Pablo en donde toca el tema de la homosexualidad, y especialmente de 1 Corintios 6, 11 "Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios", nos lleva claramente a entender que no se trata de volverse heterosexuales. Cito este versículo porque muy a menudo lo han usado para decirme que si uno fue justificado y lavado por Jesucristo, no debe seguir "siendo homosexual". 

Concretamente, los versículos 1 Corintios 6, 9-10 dicen en español: "¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios." Estos versículos fueron escritos en griego por San Pablo. La palabra que en español se traduce como "Homosexuales" en griego es ἀρσενοκοῖται (pronunciación arsenokoitai). Esta palabra inusual fue acuñada por San Pablo, y está compuesta por las palabras "arsen" que significa "hombre", y “koite” o “koitas” o “koitai” -dependiendo de si es verbo o sustantivo- y significa "cama". La traducción literal de ἀρσενοκοῖται al español sería "hombres que van a la cama con hombres", esto es, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Eso es lo que significa "homosexuales" en 1 Cor 6, 9, hombres que se acuestan con hombres. 

La traducción en latín en la Biblia oficial de la Iglesia católica, que es la Vulgata, traduce ἀρσενοκοῖται como "masculorum concubitores" (hombres que tienen sexo con hombres). La traducción en inglés de la Biblia católica Douay-Rheims traduce ἀρσενοκοῖται como "lier with mankind" (hombres que se acuestan con hombres).

La gran confusión surge del significado que el lector le da a la palabra homosexuales en español. Hasta el siglo pasado, homosexual significaba hombre que ha tenido y desea seguir teniendo relaciones sexuales con hombres. Fue hasta hace unas décadas que el concepto de homosexual se relacionó más con la identidad de la persona que con sus actos. En la actualidad, homosexual significa hombre (o mujer) con AMS, pero en el tiempo que se hicieron las traducciones de la Biblia al español no significaba eso. La Biblia clara y contundentemente presenta los actos homosexuales como pecados graves, no pueden ser aprobados en ningún caso. Sin embargo, en el versículo 11, San Pablo dice "y estos eráis algunos de vosotros", con lo cual dice que si en algún momento de tu vida cometiste actos homosexuales, pero estás arrepentido y dispuesto a no cometerlos más, entonces estás justificado y santificado por Jesucristo, y puedes llegar al Reino de Dios si te mantienes en castidad. Podrías sufrir tentaciones toda la vida, pero si no consientes con ellas, puedes ser santo. 

Quiero retomar brevemente el asunto de ἀρσενοκοῖται. Esta palabra ha sido utilizada por los grupos cristianos LGBT para argumentar que la Biblia no condena los actos homosexuales. Ellos hacen toda una revoltura errónea del lenguaje para afirmar que significa "prostitutos cúlticos", y otros dicen que significa pederastas. Sin embargo, el análisis de los otros textos de San Pablo y del Antiguo Testamento nos dejan claro que los actos homosexuales fueron condenados en el Antiguo Testamento y que esta condena se reafirmó en el Nuevo Testamento.

La Tradición escrita (la Biblia), la Tradición oral y el Magisterio de la Iglesia (el catecismo) siempre han tenido claro el significado de los texto de San Pablo, y por ello es que a los homosexuales cristianos se nos llama, al igual que a cualquier otro soltero, a vivir en castidad. No se nos exige casarnos, ni volvernos heterosexuales. No es ninguna carga especial ni injusta. El catecismo es claro y nos dice que, si mantenemos la castidad y llevamos una vida santa, podemos alcanzar la perfección cristiana como cualquier otra persona.

Ahora bien, ¿es un deber tomar la terapia para buscar la heterosexualidad? Tampoco. En primer lugar, porque ese tipo de terapeutas son extremadamente escasos y no están al alcance de todos. En segundo lugar, porque no hay garantías de que la terapia te volverá heterosexual. Lo que sí es muy recomendable, y hasta yo diría que imperativo, que los que tenemos AMS conozcamos muy bien nuestra psicología. Trabajar en traumas por rechazo o abandono en la infancia, en la autoestima o, en el peor de los casos, abuso, harán que cualquier persona pueda llevar una vida más feliz, y por mi experiencia, la salud psicológica hace que uno viva la castidad con una facilidad mucho mayor a la que el grueso de la población cree.

Platicando con un buen hombre que por muchos años trabajó en la Iglesia católica apoyando a hombres homosexuales para vivir acorde a lo que Dios nos pide, le pregunté sobre los hombres con AMS que buscan volverse heterosexuales y formar una familia con una mujer. Ambos coincidimos en que estos hombres obran de buena intención, pues buscan agradar a Dios. Sin embargo, muchos de ellos van con la idea de que sí o sí se harán heterosexuales; para ellos, no existe la opción de que la terapia no funcione. Sucede que al pasar de los años, cuando no obtienen los resultados que ellos obstinadamente quieren, se desesperan, se enojan con el terapeuta, incluso se enojan con Dios, pues creen que Dios no escucha sus oraciones. Lamentablemente algunos de ellos finalmente tiran la toalla y vuelven a llevar una vida sexual desordenada, igual o hasta peor que la que llevaban antes. Algunos hasta se vuelven militantes LGBT y recalcitrantes opositores a la moral cristiana.

Antes de cerrar este artículo, quiero tratar la cuestión de los exorcismos. No pocas veces he recibido comentarios diciéndome que si tengo AMS es porque tengo un demonio de la homosexualidad. Estos comentarios vienen mayormente de protestantes, pero también de algunos católicos que se han dejado influir por los pentecostales. El sacerdote especialista en demonología Antonio Fortea menciona que se han acercado a él hombres homosexuales solicitando un exorcismo, para volverse heterosexuales. Tras un debido examen, el sacerdote ha encontrado que estos hombres no tienen ningún demonio dentro. Su homosexualidad se debe a otras causas. Es probable que sí existan casos donde la homosexualidad este relacionada con un asunto de tal naturaleza, pero esos casos, lo digo con toda seguridad, son extremadamente escasos.

Una anécdota personal un poco jocosa es que la primera vez que fui a un retiro espiritual yo iba con miedo de que dentro de mi hubiera algún demonio de lujuria o de homosexualidad, y que en plena oración yo fuera a dar un espectáculo frente a todos. Sin embargo, me abandoné a las manos de Dios diciéndole "si es que traigo un demonio, libérame, que pase lo que tenga que pasar", y pues nada pasó. En la oración sí lloré, sentí al Espíritu Santo, cerca de mi lugar hubo un par de personas que tenían infestación demoniaca por haber practicado brujería y lanzaban alaridos escalofriantes, pero a mí no me pasó nada, ni ese día, ni en ninguna ocasión durante más de 12 años, incluso cuando uno de mis párrocos era exorcista.

Para concluir este escrito, quiero resumirlo en pocas palabras: no es una obligación para los homosexuales cristianos volverse heterosexuales y casarse. Es muy recomendable que se conozcan a sí mismos y sanen sus problemas psicológicos, llevarán una vida más alegre y casta. También está permitido que busquen alguna forma de terapia reintegrativa o reparativa (jamás terapias con choques eléctricos, ayunos ni nada de eso, que son impartidas por charlatanes), pero es necesario que conozcan los alcances y limitaciones de las terapias, para que no se lleven una decepción y acaben en las terapias afirmativas y grupos LGBT.

Les recomiendo encarecidamente llevar una vida santa en todos los aspectos. Hagan oración todos los días, lean la Biblia tanto como puedan, lean lo que dice el catecismo de la Iglesia católica, lean libros escritos por los santos, confiésense con frecuencia, comulguen tanto como les sea posible (nunca en pecado mortal), pídanle mucho a Dios que los salve y los salvará. Conózcanse, procuren su salud mental, tengan buena forma física. Sean perseverantes. Yo nunca he tenido relaciones sexuales, pero tuve que pasar unos 10 años practicando las recomendaciones anteriores para poder dejar la pornografía y la masturbación. Si quieren recomendaciones para vivir en castidad, les dejo este otro artículo. Dios los bendiga.


Comentarios

  1. Que hermoso saber que el Espíritu Santo no suelta a su creación, pase lo que pase. Un abrazo!

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