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El valor de la amistad para el hombre

El valor de un amigo es incalculable. La Sagrada Escritura dice: “El amigo fiel es seguro refugio, el que lo encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor. El amigo fiel es remedio de vida, los que temen al Señor le encontrarán. El que teme al Señor endereza su amistad, pues como él es, será su compañero”. (Eclesiástico 6, 14-16) El pasaje anterior nos muestra muchos rasgos de un mejor amigo. En primer lugar, nos señala que es “un refugio seguro”. Cuando tienes una tristeza o algún problema, te sientes solo y amenazado, puedes acudir a tu amigo, tu refugio; por medio de él, Dios te provee de consuelo, consejo, compañía, ayuda y protección. En segundo, “es un tesoro”. Con ello, el Espíritu Santo nos está diciendo que un fiel amigo, al igual que los tesoros, es algo muy buscado, pero difícil de encontrar, algo que todos buscan, pero no todos encuentran. Si tienes un amigo fiel, debes considerarte un hombre verdaderamente afortunado y

Cómo vencer el miedo a confesar pecados de lujuria

Definitivamente, los pecados de lujuria son los que más vergüenza cuesta confesar. Tristemente, la mayoría tendemos a querer proyectar una imagen muy decente ante los demás, y la soberbia llega incluso a impedir que este tipo de pecados, que ensucian nuestra imagen, sean manifestados en el confesionario. Antes que nada, debemos saber que ocultar pecados en la confesión constituye una falta gravísima. Al hacerlo, la confesión es inválida: no se perdonan los otros pecados y además se agrega el pecado de sacrilegio. No obstante, debemos contrastar que los pecados olvidados sí quedan perdonados, pero recalco, los que se olvidaron, no los que intencionalmente se ocultaron. Si te confesaste y se te olvidó decir algo, puedes ir en paz, ya está perdonado, pero confiésalo en la próxima ocasión. Confesar los pecados de lujuria constituye en sí un reto, por la barrera de la vergüenza y porque muchas veces no se sabe elegir cuidadosamente las palabras para confesarlos de forma clara pero sin

Las terapias de conversión

 El tema de las terapias para que un homosexual se vuelva heterosexual es un tópico bastante álgido, objeto de intensas discusiones. Por un lado, tenemos al colectivo LGBT que dice que tan solo pensar en volverse heterosexual debe ser impensable, no debe hablarse de ello, pues se implanta la idea de que la atracción al mismo sexo es una enfermedad, lo cual es ofensivo y violento. Por otro lado, están las personas que sostienen que un homosexual jamás podrá entrar al Reino de Dios si no se vuelve heterosexual y se casa con una mujer, y que si no logra volverse heterosexual es porque tiene algún demonio, que no tiene fe, o en el caso de los calvinistas, que Dios lo creó predestinado para mandarlo al infierno. Ante estas posiciones, es necesario, en primer lugar, definir conceptos, para evitar malos entendidos y que la discusión se vuelva estéril. Homosexual: persona con atracción romántica o erótica predominante o exclusiva por personas de su mismo sexo (AMS). Debe dejarse claro esto, pu