El poder del perdón
El pecado es algo que a todos nosotros nos alcanza. Nadie puede clamar que no tiene pecado, pues dice San Juan: "Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros." (1 Jn 1,8) Y en efecto, yo no puedo pretender estar libre de pecado, porque de hecho soy pecador y quizás más pecador que muchos de los que ahora me leen. Si hay algo de lo que puedo sentirme agradecido es de la misericordia que Dios ha tenido conmigo, y por eso he decidido contarles mi historia de perdón por parte de Dios. Fui criado en una familia cristiana promedio. Desde niño, todos los domingos al mediodía íbamos a Misa, sin falta; a menudo rezábamos el Rosario, pues desde que tenía unos 6 años ya me sabía las letanías; fui al catecismo y recibí los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación según las normas de la Diócesis. En pocas palabras, crecí cumpliendo con las prácticas espirituales externas mínimas que un cristiano debe cumplir. Sin embargo, el cumplimiento no es gara...